Detalles para la vista y el olfato

Definitivamente sé que sólo algunas chicas se van a dar cuenta de este tipo de detalles en vivo y en directo. Y aunque para muchos de los invitados estas cosas menores van a pasar desapercibidas, me divierte mucho estar hasta en la cosa más chiquita.

Así que volviendo a los baños del salón (que ya van a tener su canasta de primeros auxilios para fiesta), también se me ocurrió decorarlo... pero esta vez para las narices.

Me parecieron muy prácticos, perfumados y bonitos estos relativamente nuevos aromatizadores de ambientes, que son varillas de bambú, que se sumergen en aceites perfumados, y dejan una fragancia constante y suave en los ambientes.

Muchas veces los aceites vienen pigmentados; entonces salí en la búsqueda de uno celeste y uno naranja. Con el segundo tuve más éxito, pero el celeste me venía esquivando. 
Entonces se me ocurrió -para cancelar el asunto, que venía muy largo para algo tan chico-, comprar ricas fragancias sin color, y decorarlos con la paleta del casamiento por fuera.

Y quedaron así:



Espero que se luzcan en el papel chiquito que les toca 
y cumplan bien su trabajo ese día! 

Bola de flores!

Entre la variedad de cositas para decorar, me encontré con los famosos Pomanders (o esferas de flores).
Seguramente las han visto. Pueden ser de tul, de papel, de flores frescas o de flores artificiales.
Justo mi mamá me había mostrado una pequeña en violeta, que una amiga de ella vendía en su negocio.
Cada esfera debe rondar los $70. ¡Pero! obviamente que haciéndolas a mano, sale menos de la mitad ;)
Así que me puse a buscar en youtube y encontré enseguida un DIY, o hágalo usted mismo, mostrando que son facilísimas de hacer.
Nada más hay que comprar la esferas de telgopor (en Once hay casas que venden al por mayor y menor), un poco de alambre no muy grueso y flores en este caso.
También encontré ahí mismo flores artificiales de muy buena calidad y de distintos precios.
Estas me salieron $1 cada una las blancas, y decidí mezclarles algunas en rosa pálido, que salen unos 20 centavos más.


Una vez que tenemos todo, arrancamos!
Es tan fácil como enhebrar la flor con el alambre, luego clavarla en la esfera (que vienen divididas en dos mitades huecas), y con una pinza enroscar el lado de adentro del alambre para que quede firme. 
Como detalle, yo le enhebré también una perlita para que quede adentro de la flor y no se vea el alambre del lado de afuera.
Una vez que las dos mitades están cubiertas de flores, se unen con pegamento ambas partes y listo!



En cualquier punto de la esfera hice un agujero con un palito de brochette y le pasé una tanza acompañada de una puntilla, para tener de dónde colgarla (también acegurándola con pegamento).

Conclusión: pomander super barata y a mi gusto!
Les dejo acá abajo el video que encontré que estaba más claro, rápido y fácil de entender para hacerlas.

También estoy haciendo con tul (que llevan muuucho más tiempo) y tal vez haga las de papel. 

Al son de Bruno

Hace unos meses cuando empezamos a planear el casamiento, nos cruzamos con un video de una proposición de matrimonio en Portland, EEUU, que no sólo te hace emocionar hasta los huesos, sino que también tiene una canción hermosa que se nos quedó pegada y refleja la alegría de un momento como éste.

Organizando ahora el tema de la música, nos encontramos con que indudablemente en todo casamiento local, una vez que la gente se sienta en sus mesas -después de la recepción-, los novios entran al salón bailando algo bien arriba.

¿Este timming tiene que ser regla para todos? ¿Sea cual sea la personalidad de la pareja? 
Por lo que fui viendo en diferentes lugares de video, parece que sí. Nadie se niega, y pese a ver gente muy tímida que tal vez no la está pasando muy bien, todos hacen la entrada usual.

Bueno, adivinen qué? Como se pueden imaginar le dimos un rotundo No a ese modo, y en vez de escondernos un rato después de las fotos, vamos a compartir la recepción con toda la familia y amigos. A fin de cuentas, es la parte más linda de la fiesta, donde todos se mezclan, charlan, pican algún bocadito y todavía tenemos el maquillaje y el peinado como eran originalmente.





Así que cuando escuchen nuestra canción, ahí vamos a estar.

Empieza la decoración

Hace varios años estaba bastante encantada con el rubro de la pastelería y las cosas ricas. Aprendí a hacer pastafrolas, cheesecakes, tiramisú y cual postre se me cruzara. Pero ninguna tarta o torta me parecía terminada si no encontraba una blonda para ponerle debajo. Era como el toque final... como la cerecita en la punta del helado.

Así que, gracias a este enamoramiento que tuve (y sigo teniendo) con esos papeles caladitos, se me ocurrió que de alguna manera las podía incorporar en la decaración de la boda. A fin de cuenta son blancos y parecen puntillas, no?

Entonces salí de compras y me hice de varios modelos. 
Mi cuñada me dió una super mano, y me consiguió un montón de modelos más 
-Gracias Miriam!- 
(Créase o no, hay mucha variedad de estos papelitos con más o menos calado, que se venden al por mayor en cualquier cotillón).

¿Y ahora qué hago?

Como la decoración ya la empecé a delinear en el naranja y el cian -algo alegre y vibrante, como nosotros, no?- les armé una base en naranja con algunas cartulinas de un buen gramaje. Y quedaron algo así:



Haciendo una buena cantidad, ya tengo para esparcir al azar sobre las mesas del living de la recepción. 
Pero como tengo en muchos tamaños, me pareció interesante combinarlas con algo de equilibrio y armar algunas más grandes como para apoyar las copas. 
(A fin de cuentas las blondas nacieron para eso, no?) 



Y el desafío final fue ver más o menos cómo quedarían. Así que acá va como cierre el prototipo de estos apoya-cosas en acción (ya se me va a ocurrir un mejor nombre para este trabajo, que si bien es fácil de armar, he quedado bañada en las rebarbas de los calados).

En el próximo post: 
algunas flores bastante grandes para colgar, también usando este tipo de papel. 

Surtidito

Puede ser que haya arrancado de atrás para adelante (¡no lo niego!).
Pero hace varios meses- cuanto empezó la maratón de casamiento- me acordé de un detalle muy práctico y simple que había visto no hacía mucho tiempo atrás, en uno de los pocos casamientos a los que asistí en mi vida.

En un momento de la tarde (era un casamiento diurno), hice una parada en el baño, y en el momento de lavarme las manos, me encontré con la grata sorpresa de una canastita en la mesada. 

Seguramente los que son más asiduos a estos eventos, ya la deben conocer de memoria, pero para mi fui la primera vez que vi en acción la idea.

Adentro de la canasta había una suerte de variedad de cositas: aspirinas, ibuprofeno, esmalte trasparente, invisibles, hepatalgina.... Una mezcla de cartera femenina y botiquín, todo en uno, lista para apalear cualquier tipo de mini-emergencia que se les podía presentar a los invitados.

Si usualmente no pongo muchas cosas en mi cartera (o por lo menos cosas útiles), menos llevaba encima mío en un casamiento, donde los sobrecitos o carteritas que nos venden para las fiestas son aptas para un juego de llaves, un celular, y con suerte unos Tic-Tacs. 
Así que fue una verdadera salvación.

En fin! Como decía, con mi desorden de arrancar por cualquier lado, una de las primeras cosas que hice, son las canastitas salvadoras de los baños.



Así que chicas (y chicos... porque también hay versión masculina), no sufran si algo no entra en la cartera de la dama o en el bolsillo del caballero. 
En el baño los van a estar esperando estas amigas, para darles un mano con cualquier inconveniente que se presente. 

En la cima

Siguiendo con el tema dulce, no sé bien por qué una de las primeras cosas que tuve ganas de hacer (aún me queda trabajo), son los muñequitos de torta o toppers.
Dualmente me econtré con particulares o panaderías que ofrecen novios de boquitas en ¨O¨, que hacen revolcar en su tumba a Marta Ballina cada vez que alguien compra uno.



O por otro lado, toppers más originales (importados, claro está), con situaciones más graciosas, pero un poco acartonadas para mi gusto.


Así que me encontré otra vez en sitios como Pinterest o Etsy para ver si había algo más original y con mejor diseño que me pudiera inspirar.
Y tuve suerte! 
Encontré figuras más modernas y originales, en papel, madera y tela, para reemplazar la porcelana fría.


Así que me animé, y me puse a hacerlos -a fin de cuentas aprendí a hacer muñecos más complicados para animación-.
Todavía me falta el novio, pero yo creo que voy por buen camino.
Ya los van a poder ver listos y de la mano en la cumbre de la torta, cuando nos veamos el año que viene. 

Lo dulce del momento

Recorriendo varias expos de novias y viendo revistas del tema, me encontré con muchísimas ofertas de todos los rubros! Pero extrañamente no pasaba lo mismo con la torta de bodas.

Entonces cuando empezamos a ver caterings, vimos que usualmente ofrecen una ¨Torta Alegórica¨. Usualmente de un solo piso (plano y larguísimo para la comodidad de la novia, aparentemente), rellena de algo medio empalagoso y sin demasiada gracia en la decoración. Condenada a morir en una esquina después de la correspondiente foto, sin pena ni gloria, y opacada por la mesa de dulces, que va pegadita y es el sueño de las invitadas femeninas.

Pero... ¿un casamiento prácticamente sin torta-de-casamiento? mmmm... No me gustó mucho la idea- siendo una golosa empedernida-, así que volví a repasar las casas de tortas o Bakeries que se especializan en el tema.



Buscando con esfuerzo, me encontré con varias opciones -claramente traídas de las tierras del norte de América- que abundan en acompañantes modernas como: 
cupcakes, macarones y cake pops. Armando así un pequeño espacio junto a la torta, de cositas ricas, lindas y vistosas. 



Así que no hubo más que pensar! 
Ya le encargué esta torta a Flor´s Bakery, junto con varios cupcakes en el color de la decoración del salón. 
(Qué alivio es que todo se pueda personalizar!).



Así que cruzo los dedos para que todos (y todas!) podamos disfrutar de esta delicia de diseño moderno y limpio (sin los rococós ochentosos llenos de purpurina), y que la pobrecita no se quede sin sus 15 minutos de gloria que se merece. 

Recuerdos

Entre el mar de cosas que le ofrecen a los novios, nos encontramos antes el famoso panel (o gigantografía), que suelen hacer de la pareja para que la gente -al entrar a la fiesta- firme, y así poder tener un recuerdo de esa noche (que se va tan rápido!).

Pero... no es un poco demasiado?

Creo que si bien es una linda idea tener el recuerdo y las intenciones de los invitados, la foto de entrada nos pareció un poco... ¨ególatra¨.

Aunque sea nuestra noche, nuestro perfil no cuadra mucho con esta idea.

Entonces investigando un poco, encontramos una alternativa, con el mismo espíritu, pero un poco más sutil.

Un libro de firmas!

Así que -gracias a estar en este mundo de la gráfica y el diseño- echamos mano del talento de nuestra amiga e invitada Jimena Vidal, y le pedimos un cuaderno especial para los novios, fruto de su projecto ¨Cuadernos Amasados¨

Lo bueno de esta idea, es que podemos utilizar los mismos colores en los que estamos decorando. Además es delicado, sutil y bastante original como alternativa.

El único problema fue: cómo hacemos que la gente lo vea?
Una gigantografía es difícil que se escape de nuestra vista, pero un cuaderno es bastante más pequeño.

Solución: Armé un cartel indicativo, que vamos a poner donde ubiquemos el cuaderno.



Y como frutillita (para que siga la línea), reutilicé un marco antiguo (después de barnizarlo y darme un poco de vida), para colocar el cartel.



¿Qué les parece?
Creo que ahora sí vamos a tener un lindo recuerdo (portátil!) para leer en el futuro y revivir ese día. 

Arrancando

Hola!
Bienvenidos al blog de nuestro casamiento.

Acá van a poder encontrar organizado en las solapas de arriba los datos útiles 
de nuestra boda (mapas de cómo llegar, proveedores, historias, fotos, etc).
Mientras que por acá en el Home, voy a ir contándoles cómo se va armando todo.

Ya nos conocen! Así que saben que lo estamos armando de a poco y ¨a mano¨.

A mí me divierte tanto hacer, como compartir! Así que voy a irles mostrando 
(un poquito no más), cómo va tomando forma esto.
Tengo 7 meses! Así que ... manos a la obra!