Bola de flores!

Entre la variedad de cositas para decorar, me encontré con los famosos Pomanders (o esferas de flores).
Seguramente las han visto. Pueden ser de tul, de papel, de flores frescas o de flores artificiales.
Justo mi mamá me había mostrado una pequeña en violeta, que una amiga de ella vendía en su negocio.
Cada esfera debe rondar los $70. ¡Pero! obviamente que haciéndolas a mano, sale menos de la mitad ;)
Así que me puse a buscar en youtube y encontré enseguida un DIY, o hágalo usted mismo, mostrando que son facilísimas de hacer.
Nada más hay que comprar la esferas de telgopor (en Once hay casas que venden al por mayor y menor), un poco de alambre no muy grueso y flores en este caso.
También encontré ahí mismo flores artificiales de muy buena calidad y de distintos precios.
Estas me salieron $1 cada una las blancas, y decidí mezclarles algunas en rosa pálido, que salen unos 20 centavos más.


Una vez que tenemos todo, arrancamos!
Es tan fácil como enhebrar la flor con el alambre, luego clavarla en la esfera (que vienen divididas en dos mitades huecas), y con una pinza enroscar el lado de adentro del alambre para que quede firme. 
Como detalle, yo le enhebré también una perlita para que quede adentro de la flor y no se vea el alambre del lado de afuera.
Una vez que las dos mitades están cubiertas de flores, se unen con pegamento ambas partes y listo!



En cualquier punto de la esfera hice un agujero con un palito de brochette y le pasé una tanza acompañada de una puntilla, para tener de dónde colgarla (también acegurándola con pegamento).

Conclusión: pomander super barata y a mi gusto!
Les dejo acá abajo el video que encontré que estaba más claro, rápido y fácil de entender para hacerlas.

También estoy haciendo con tul (que llevan muuucho más tiempo) y tal vez haga las de papel. 

Al son de Bruno

Hace unos meses cuando empezamos a planear el casamiento, nos cruzamos con un video de una proposición de matrimonio en Portland, EEUU, que no sólo te hace emocionar hasta los huesos, sino que también tiene una canción hermosa que se nos quedó pegada y refleja la alegría de un momento como éste.

Organizando ahora el tema de la música, nos encontramos con que indudablemente en todo casamiento local, una vez que la gente se sienta en sus mesas -después de la recepción-, los novios entran al salón bailando algo bien arriba.

¿Este timming tiene que ser regla para todos? ¿Sea cual sea la personalidad de la pareja? 
Por lo que fui viendo en diferentes lugares de video, parece que sí. Nadie se niega, y pese a ver gente muy tímida que tal vez no la está pasando muy bien, todos hacen la entrada usual.

Bueno, adivinen qué? Como se pueden imaginar le dimos un rotundo No a ese modo, y en vez de escondernos un rato después de las fotos, vamos a compartir la recepción con toda la familia y amigos. A fin de cuentas, es la parte más linda de la fiesta, donde todos se mezclan, charlan, pican algún bocadito y todavía tenemos el maquillaje y el peinado como eran originalmente.





Así que cuando escuchen nuestra canción, ahí vamos a estar.

Empieza la decoración

Hace varios años estaba bastante encantada con el rubro de la pastelería y las cosas ricas. Aprendí a hacer pastafrolas, cheesecakes, tiramisú y cual postre se me cruzara. Pero ninguna tarta o torta me parecía terminada si no encontraba una blonda para ponerle debajo. Era como el toque final... como la cerecita en la punta del helado.

Así que, gracias a este enamoramiento que tuve (y sigo teniendo) con esos papeles caladitos, se me ocurrió que de alguna manera las podía incorporar en la decaración de la boda. A fin de cuenta son blancos y parecen puntillas, no?

Entonces salí de compras y me hice de varios modelos. 
Mi cuñada me dió una super mano, y me consiguió un montón de modelos más 
-Gracias Miriam!- 
(Créase o no, hay mucha variedad de estos papelitos con más o menos calado, que se venden al por mayor en cualquier cotillón).

¿Y ahora qué hago?

Como la decoración ya la empecé a delinear en el naranja y el cian -algo alegre y vibrante, como nosotros, no?- les armé una base en naranja con algunas cartulinas de un buen gramaje. Y quedaron algo así:



Haciendo una buena cantidad, ya tengo para esparcir al azar sobre las mesas del living de la recepción. 
Pero como tengo en muchos tamaños, me pareció interesante combinarlas con algo de equilibrio y armar algunas más grandes como para apoyar las copas. 
(A fin de cuentas las blondas nacieron para eso, no?) 



Y el desafío final fue ver más o menos cómo quedarían. Así que acá va como cierre el prototipo de estos apoya-cosas en acción (ya se me va a ocurrir un mejor nombre para este trabajo, que si bien es fácil de armar, he quedado bañada en las rebarbas de los calados).

En el próximo post: 
algunas flores bastante grandes para colgar, también usando este tipo de papel.