9 sept 2012

Empieza la decoración

Hace varios años estaba bastante encantada con el rubro de la pastelería y las cosas ricas. Aprendí a hacer pastafrolas, cheesecakes, tiramisú y cual postre se me cruzara. Pero ninguna tarta o torta me parecía terminada si no encontraba una blonda para ponerle debajo. Era como el toque final... como la cerecita en la punta del helado.
Así que, gracias a este enamoramiento que tuve (y sigo teniendo) con esos papeles caladitos, se me ocurrió que de alguna manera las podía incorporar en la decaración de la boda. A fin de cuenta son blancos y parecen puntillas, no?

Entonces salí de compras y me hice de varios modelos. 
Mi cuñada me dió una super mano, y me consiguió un montón de modelos más 
-Gracias Miriam!- 
(Créase o no, hay mucha variedad de estos papelitos con más o menos calado, que se venden al por mayor en cualquier cotillón).



¿Y ahora qué hago?

Como la decoración ya la empecé a delinear en el naranja y el cian -algo alegre y vibrante, como nosotros, no?- les armé una base en naranja con algunas cartulinas de un buen gramaje. Y quedaron algo así:



Haciendo una buena cantidad, ya tengo para esparcir al azar sobre las mesas del living de la recepción
Pero como tengo en muchos tamaños, me pareció interesante combinarlas con algo de equilibrio y armar algunas más grandes como para apoyar las copas. 
(A fin de cuentas las blondas nacieron para eso, no?) 



Y el desafío final fue ver más o menos cómo quedarían. Así que acá va como cierre el prototipo de estos apoya-cosas en acción (ya se me va a ocurrir un mejor nombre para este trabajo, que si bien es fácil de armar, he quedado bañada en las rebarbas de los calados).

En el próximo post: 
algunas flores bastante grandes para colgar, también usando este tipo de papel. 



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